Estoy bajando una película para la clase de dirección cinematográfica básica.
Rápido una anécdota.
Le conté a Ayala que doy Dirección cinematográfica básica y me preguntó si la doy igual que Josko. Le dije que je-je, sí más o menos.
Luego lo escuché en la Cátedra Bergman y dijo que todas las escuelas en México dan la clase como se enseñaba en el CUEC hace mil años, como si las demás escuelas de cine fueran copias chafas del CUEC, un CUEC de segunda --el CCC--, un CUEC de tercera, cuarta, etc...
Decido cambiar, porque la palabra de Ayala siempre la tomaré en altísima cuenta, porque vivo pensando estas clases y porque he visto que los estudiantes hoy podrían aprender en dos meses lo que nos tomó dos años a nosotros.
Como yo soy cuequense, pero no de segunda, en mi clase ya no se harán ejercicios de guión único. Desde ahora los estudiantes siempre tendrán que inventar en mi clase.
Una idea entre muchas: un ejercicio en el que los estudiantes deben cometer el máximo entre los errores posibles según el lenguaje clásico de Hollywood, el que Godard llamó "el modo de representación instituido". En este cortometraje los estudiantes deberán saltarse todos los ejes. Así me aseguraré de que los conozcan bien.
La película que pasaré es un Lubitsch, "Las hijas de Kohlhiesel".
Queridos amigos, los impuestos que pagaron mi formación y pagan mi trabajo como maestro, están trabajando.
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Luis Ricardo Ramos![]()
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Rápido una anécdota.
Le conté a Ayala que doy Dirección cinematográfica básica y me preguntó si la doy igual que Josko. Le dije que je-je, sí más o menos.
Luego lo escuché en la Cátedra Bergman y dijo que todas las escuelas en México dan la clase como se enseñaba en el CUEC hace mil años, como si las demás escuelas de cine fueran copias chafas del CUEC, un CUEC de segunda --el CCC--, un CUEC de tercera, cuarta, etc...
Decido cambiar, porque la palabra de Ayala siempre la tomaré en altísima cuenta, porque vivo pensando estas clases y porque he visto que los estudiantes hoy podrían aprender en dos meses lo que nos tomó dos años a nosotros.
Como yo soy cuequense, pero no de segunda, en mi clase ya no se harán ejercicios de guión único. Desde ahora los estudiantes siempre tendrán que inventar en mi clase.
Una idea entre muchas: un ejercicio en el que los estudiantes deben cometer el máximo entre los errores posibles según el lenguaje clásico de Hollywood, el que Godard llamó "el modo de representación instituido". En este cortometraje los estudiantes deberán saltarse todos los ejes. Así me aseguraré de que los conozcan bien.
La película que pasaré es un Lubitsch, "Las hijas de Kohlhiesel".
Queridos amigos, los impuestos que pagaron mi formación y pagan mi trabajo como maestro, están trabajando.
Luis Ricardo Ramos