Por Ramón Almela
En Puebla acontece una hipervisibilización de obras pictóricas realizadas por artistas líricos, autodidactas que se presumen formados en el margen artístico adquiriendo el conocimiento formal de representación en talleres sin escrúpulos que engañan las mentes débiles subyugadas por la apariencia fatua del falso hiperrealismo y la venta de las obras pictóricas persiguiendo el protagonismo de autor. Realmente, la mayoría de toda esa abundante producción es bazofia que sólo satisface y consuela al autor, los amigos y esos coleccionistas sin educación visual que hace pasar el evento expositivo en la revista ROSTROS, medios televisivos y radiofónicos o internet como un acontecimiento relevante.
Foto: Ramón Almela |
Y mientras, otras exposiciones de artistas comprometidos y de contribución sustancial pasan desapercibidas. En este caso, Luis Ricardo Ramos, exponiendo bajo el título “B, por debajo del agua” en la galería de la Alianza Francesa Puebla (2 Sur 4920) nos adentra a un mundo de un imaginario simbólico y espontaneidad gráfica entre dibujos y pintura de collage que se eleva sobre el estúpido magma inerme de tanta presunción poblana rica, y de muchas otras creaciones intelectualoides.
Luis Ricardo, quien surge recientemente mostrando sus imágenes entre espacios alternativos, proviene del ámbito cinematográfico y especializado con maestría en Educación Superior. Su producción y condiciones lo sitúan al margen de la figura del artista pintor convencional y, sin embargo, en su producción se condensan todos los aspectos de creatividad, significación, composición y valores plásticos que se encuentran a menudo ausentes en las obras de los artistas del espacio poblano.
Con las imágenes de Luis Ricardo, el espectador se adentra en el ámbito creativo e intenso del artista que despliega su afán volcado en los entresijos de los densos y abigarrados, atosigantes signos reconocibles y trazos que vibran con su caligráfico desenfado cautivando la mirada. Luis Ricardo, con su exaltada y delirante actividad de dibujo fustiga con alevosía y premeditación los parámetros de la acción creativa. A través de los dibujos en sus libretas y de sus piezas enmarcadas se aprecia una intensidad apasionada en el dibujo sin cortapisas: es la psique desinhibida que brota fructífera entre iconos y trazos que incitan la mirada.
La obra de Luis Ricardo no emerge con orientación comercial; emerge desde una vocación y necesidad vital, una operación sensata y consciente liberando dispositivos críticos, humorísticos y de nivelación emocional a través de las imágenes que llenan los rincones de su mente: una obra que se afirma con una contundencia de validez indiscutible en el panorama creativo poblano.
Luis Ricardo, quien surge recientemente mostrando sus imágenes entre espacios alternativos, proviene del ámbito cinematográfico y especializado con maestría en Educación Superior. Su producción y condiciones lo sitúan al margen de la figura del artista pintor convencional y, sin embargo, en su producción se condensan todos los aspectos de creatividad, significación, composición y valores plásticos que se encuentran a menudo ausentes en las obras de los artistas del espacio poblano.
Con las imágenes de Luis Ricardo, el espectador se adentra en el ámbito creativo e intenso del artista que despliega su afán volcado en los entresijos de los densos y abigarrados, atosigantes signos reconocibles y trazos que vibran con su caligráfico desenfado cautivando la mirada. Luis Ricardo, con su exaltada y delirante actividad de dibujo fustiga con alevosía y premeditación los parámetros de la acción creativa. A través de los dibujos en sus libretas y de sus piezas enmarcadas se aprecia una intensidad apasionada en el dibujo sin cortapisas: es la psique desinhibida que brota fructífera entre iconos y trazos que incitan la mirada.
La obra de Luis Ricardo no emerge con orientación comercial; emerge desde una vocación y necesidad vital, una operación sensata y consciente liberando dispositivos críticos, humorísticos y de nivelación emocional a través de las imágenes que llenan los rincones de su mente: una obra que se afirma con una contundencia de validez indiscutible en el panorama creativo poblano.